06.30.2007 | By Jack Rico |
Quizás una de las mejores películas que usted pueda ver este año es ‘The Diving Bell and the Butterfly’ del pintor y director neoyorquino Julian Schnabel.
El filme rodado en Francia y hablado completamente en francés, se basa en la fascinante historia real del editor de la revista ‘Elle’, Jean-Dominique Bauby (Mathieu Amalric), quien sufrió un ataque cerebral a los 43 años de edad. Después que despertara de un coma de tres semanas, los médicos le comentan que él ha sufrido una parálisis total de su cuerpo excepto su ojo izquierdo. Su gran deseo de vivir lo llevó a escribir un libro – nombre de este filme – plasmando en letra su vida y experiencias en el hospital.
La cinta es una historia deprimente. Afortunadamente Schnabel sabe como mantenerlo a uno con los ánimos en alto usando la mejor técnica de cámara que he visto desde ‘Le Fabuleux destin d’Amélie Poulain’ (Amelie, 2001) del director Jean-Pierre Jeunet. El ingenioso, y en ciertos momentos hasta cómico guión de Ronald Harwood (The Pianist, El Amor en los Tiempos del Cólera), también ayuda el filme a no decaerse en ningún momento.
La actuación de Mathieu Amalric (Rois et Reine, Munich) fue excepcional al igual que la del resto del reparto. Interpretar a enfermos o paralíticos en celuloide siempre es un gran reto para cualquier actor que las academias cinematográficas usualmente recompensan con premios o nominaciones.
Pero fuera de la historia real de Bauby, lo más impactante y cautivante del filme es la dirección de Julian Schnabel. Su uso de la cámara en verdad es pasmante. El usa el aparato como si fuese el ojo de Bauby captando excelentemente la lentitud, el desequilibrio y el renacimiento de la nueva vida de nuestro protagonista.
No confunda la cinta con un documental. Aunque es basada en una historia real, Harwood le inyecta momentos fantásticos que uno se pregunta si fueron reales. No obstante, la aflicción y pesadumbre que tuvo que haber pasado Bauby hubiera matado a cualquiera. La historia es más que una apoplejía inesperada a un hombre influyente, se trata de la fortaleza humana, el poder de la imaginación y el deseo universal de vivir. Es una emocionante, desgarradora película que lo hará llorar y apreciar la condición física humana.


